jueves, 6 de octubre de 2011

Recuerdos.

-Abre los ojos chiquillo - Decía una voz muy cerca... Todavía adormilado, empecé a abrir los ojos lentamente. 
Tumbado en medio de la nada, no se avistaba ni playa, edificios, árboles... 
Solo los miles de ojos del cielo.
-Ven, deja, te ayudo. - Y me agarró del brazo y me ayudó a incorporarme.
*Gracias, pero.. ¿Quién eres? 
-Podrías llamarme tu salvador - Y me guiñó el ojo. - Dime, ¿Qué eres? - Me sorprendió la pregunta, miré mi cuerpo. Un lobo, o como ellos me denominad... hombre lobo. Me quedé callado y no supe si responder. Eso si, estaba preparado para atacar si fuese necesario. Enseñé los dientes y solté un gruñido. Lo único que recibí, fue su amplia sonrisa. La cual, me recordaba a White... Era un chico alto, moreno, de ojos azules con gafas, esbelto y no muy fuerte que digamos. Le echaría unos 28 años. 
-Entiendo, o más bien, te entiendo. No te preocupes, no te voy ha hacer nada, ni voy a llamar a nadie. Solo con decirte, que si quieres matarme, puedes hacerlo. Aquí no hay nadie. Solo tu y yo. - Otra vez esa sonrisa volvió a florecer en su rostro. 
- ¿Por lo menos, me permitirás saber tu nombre? - Me quedé pensando, y meditando si sería algún enemigo, pero creo que no. Estábamos solos, creo que no habrá problema en que le diga quien soy. Relajé mis músculos y me dispuse ha hablar, pues aquel chico era el único ser vivo que podía avistar y con el único que por el momento, podía hablar. 
*Me llamo Wolf. 
-Wolf... quien lo diría ¿No? - Y soltó una pequeña risita. - Bueno ''Wolf'' ¿Qué haces por aquí? Y no me digas que has venido a pasar la noche aquí. - Este chico parece no tenerme miedo, creerá que soy un humano disfrazado.. mejor que sea así. 
*Mh.. me perdí y estaba demasiado cansado para seguir caminando. Me tumbé y me quedé dormido. - Hubo un silencio durante aproximadamente 2 minutos. El chico parecía estar buscando que decir. 
-Interesante... ¿Y qué buscabas? Si puede saberse claro. - Me contestó, pero esta vez, su sonrisa desapareció y su rostro se volvió serio. - Me quedé pensando en que contestar, pero no conteste. 
-Bueno Wolf, tengo la esperanza en que algún día me cuentes la verdad, entiendo que soy un completo desconocido para ti. Pero puedes confiar en mí. Por el momento te diré que estaba ha unos metros antes de que el cielo que estamos viendo ahora mismo se volviera morado y la luna empezara a emitir una luz lila. Se empezaron a oír unos rayos y truenos, y vi caer uno donde ahora mismo estas tumbado. Vine hacia aquí corriendo y te vi a ti y a ese colgante cegarme por su destello. - Después de oír todo aquello supe al instante que había llegado al mundo de los humanos y había dejado atrás WonDerLanD... Mis ojos se abrieron tanto al recordad a White que me incorporé de un salto, empujé al chico que estaba a mi lado, y empezar a buscar a White con la mirada como loco. Me desplomé sobre mis rodillas al observar que White, se había ido de nuevo... Otra vez lo perdí... 
*White,White,White,White...
-Wolf, ¿Te encuentras bien? - Mi cuerpo perdió toda su fuerza y toda mi esperanzas, ilusiones, deseos se volvieron a romper al saber, que White ya no estaba conmigo... 
-Wolf... 
*Si, estoy bien. - Saqué de mi interior toda la fuerza posible y me incorporé. Mis ojos miraron fijamente al cielo durante buen rato. El chico se colocó a mi lado, me vio tiritar y me puso su chaqueta por encima, la cual me quedaba bien, pero no permitiré que nadie cuide de mi por más tiempo. Me la quite de un movimiento y se la devolví.
*No, gracias. Estoy bien.
-Si estas tiritando... - No respondí, pues lo que decía era cierto, pero lo que ahora mismo sentía, no era otra cosa que indiferencia.
*¿Cómo te llamas chico?
-Kell.
*Bueno Kell, gracias por preocuparte por mí, pero es hora de que me vaya. 
-¿A dónde vas ha estas horas? ¿A dónde vas con esas pintas? ¿Crees que los humanos no se darán cuenta de lo que de verdad eres? 
*No me importa la verdad, ya me las arreglaré.
-Por favor Wolf, quédate en mi piso y cuéntame de donde vienes, que haces aquí... quien eres.
*Lo siento, pero creo que mejor que no.-Me dí la vuelta y empecé a andar sin rumbo. 
-¡Wolf! Espera, toma esto. - Me giré y lo vi delante mía, tenía un trozo de papel en la mano.
-Mi dirección y mi número de teléfono, piénsatelo por favor. - Y se perdió en la oscuridad de aquél lugar. 
Y ahora... ¿Qué debo hacer?
Y la Pasionaria que colgaba de mi cuello empezó a brillar,  iluminando todo aquel lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario