martes, 18 de octubre de 2011

Copos de nieve

Tumbado sobre las Prímulas de la playa me encontraba. Escuchando a lo lejos el aullido de un lobo al que llevo buscando tanto tiempo que ni me acuerdo. Cuando cesó, el cielo se volvió de un color rojo ardiente y con destellos blancos, uno de ellos me cegó por segundos. Volviendo a ver con claridad pude notar que la temperatura había bajado y comenzaba a nevar.  Los copos de nieves multicolores por el haz de luz blanca que emitía todo el cielo. Y el atardecer a la lejanía, el sol refugiándose detrás del mar de los deseos. Dejando paso a la albina luna.
Sientiendo el roce de los copos en mi piel, derritiéndose lentamente por todo mi cuerpo, excepto por el pecho que antes de alcanzarlo, se evaporaba y se convertía en aire caliente. 
Puedo decir, que es lo más caliente que hay ahora mismo en todo mi alrededor. 
El frío no puede entrar dentro de mi corazón, por una única razón. Está rodeado por una fina capa externa de fuego que jamás se consumirá. Protegiendo el fuego interno... deseos, ilusiones, caricias, sueños y una única imagen... la tuya White. El fuego jamás se extinguirá. Lucho todo los días para mantenerlo vivo, cada segundo, minuto, hora, mes, año, década, siglo, milenio... hasta el fin de los tiempos continuaré luchando sin descanso. 
Deseando que cuando nos encontremos otra vez, nuestros cristales se fusionen y creen uno eterno. Para toda la vida. Podamos recorrer esta playa respirando las Prímulas, creando cada día más Pasionarias, cultivar todos los días miles de Girasoles y pueda crear miles de caminos con sus pétalos. Viviendo miles de momentos, miles de historias. Con ello, millones de recuerdos que podamos revivir. 

Por ello, y por esa razón, no dejaré que el hielo toque mi pecho, no dejaré que entre en mi corazón ni que apague la llama que habita dentro de él.

Ya vives dentro de mí White,
déjate ver y déjame cogerte,
te prometo que nunca jamás te dejaré caer.
White, vuelve...

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