Vi en medio de ella una gran bola transparente, parecía una burbuja. De ella salía las notas, ella misma las creaba. Me acerque poco a poco dando giros sin sentido alguno. Creando figuras al avanzar. Miré dentro de ella y solo vi como se transparentaba.
Sabes White, lo que vi jamás lo olvidaré...
Dejé caer una gota dentro de aquella bola o burbuja, pues lo único que tenía en mente era tu viva imagen.
Y la nostalgia que siento por no sentirte ahora mismo a mi lado.
Y apareció en ella, tardes en la playa, tu y yo solos paseando tranquilamente agarrados de la mano.
Acariciándote mientras dormías. Cepillando tu hermoso pelaje a la luz de la hoguera.
Despertarme y verte al lado mía. Ver tus labios moverse y escuchar un Para siempre.
Una conversación sin sonido, comunicándonos únicamente con nuestros ojos.
Estar de pie y que de repente vengas y me abraces por detrás y acaricies con tu nariz mis frías orejas. Y que nuestros hocicos se junten y pasen horas y horas sin despegarse con los ojos cerrados viviendo el momento. Aunque alguna vez los abra yo y me quede rato admirando tu rostro y lo bello que estas al ver lo concentrado que estas siempre.
White, la magia existe.
Los cuentos de hadas también, al igual que los finales felices y los para siempre.
Si no existieran, para qué serviría enamorarse. Creo que el amor no es amor
si no hay historias para crear, finales para dar, ilusiones que ofrecer y deseos por cumplir.
El amor según mis ojos, es magia. Y la magia es para mí lo que le da sentido al amar.
Yo vivo feliz al crear miles de historias felices contigo. Al darle un final y un para siempre.
Y no digo que un para siempre sea fácil conseguirlo. Pero no es algo imposible.
Se puede conseguir con cariño, cuidado, atención y con magia, mucha magia.
Y por eso, yo estoy tan seguro de mis sentimientos,
porque creo en la magia y creo en el amor que siento por ti.
Je t'aime White.
Para Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario